Taller 1

Funciones, impactos y respuestas de los enfoques de diferenciación en un contexto de cambio climático

Moderadores : Claire Bernard (CIRAD), Jacques Gautier (INAO), Philippe Jeanneaux (VetAgroSup), Jean-Louis Le Guerroué (UNB), Anne Mottet (FAO)

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Marco y objetivos

Aunque el impacto del cambio climático en nuestras vidas ya es visible, ya no hay duda de que la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos excepcionales aumentará en el futuro. Los sistemas alimentarios territorializados -apoyados por sus actores- tendrán que encontrar, como todos los componentes de nuestras sociedades, estrategias y respuestas a los retos que el cambio climático ya plantea a la producción, a las características y a la calidad de los productos y a los rendimientos, con posibles consecuencias sobre las rentas de los agricultores y de los actores asociados, pero también sobre los ecosistemas, las expectativas y las necesidades de los consumidores y de la sociedad en su conjunto.

Ante la necesidad de adaptarse a las crisis medioambientales, climáticas, económicas y sociales, los agricultores buscan progresivamente distinguirse adaptando sus prácticas y la calidad de sus productos a las expectativas de la sociedad y de los consumidores, así como potenciar sus notables conocimientos técnicos, que a menudo tienen un papel beneficioso en la conservación de los recursos naturales y culturales. Estas estrategias se llevan a cabo a nivel individual (explotaciones) como colectivo por organizaciones o productores.

Desde este punto de vista, los enfoques de diferenciación suscitan un interés creciente. Ellos permiten ganar visibilidad y activar, a través de los productos agrícolas y alimentarios, la propensión de los consumidores a remunerar mejor los servicios prestados por la agricultura, para revitalizar el patrimonio biológico y cultural en los territorios. Indicaciones geográficas (IG), Baluartes Slow Food: son muchas las formas de valorización de los productos agrícolas y alimentarios de que disponen hoy las comunidades. Por ejemplo, se están desarrollando en todo el mundo instrumentos de protección de la propiedad intelectual como las IG, para revalorizar los productos mediante un enfoque de calidad basado en el vínculo con su origen, respaldado por un sistema oficial de garantía y protección para consumidores y productores. Otros enfoques, como el Patrimonio Mundial de la Humanidad, las Reservas de la Biosfera, los Sistemas de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial o la Alianza para las Montañas, pretenden reconocer las características biológicas y culturales de un sistema agrícola orientado a la conservación, promoción, adaptación y transmisión del patrimonio asociado a los socio-ecosistemas.

Este aumento de los sistemas de diferenciación observado en todo el mundo se cuestiona por problemas globales como la construcción sostenible de los sistemas y las consecuencias del cambio climático. En este contexto, ¿cómo los sistemas de valorización de los sistemas agrícolas tradicionales y de sus productos alimentarios basados en la tipicidad, el vínculo con el terruño, los conocimientos y las prácticas ancestrales y los socio-ecosistemas notables son capaces de responder a los desafíos del desarrollo sostenible o de resistir mejor a las perturbaciones climáticas y/o de contribuir a la mitigación de estos cambios (preservando o aumentando la biodiversidad y la resiliencia asociada, almacenando carbono, etc.)?

Para orientar los debates de nuestro taller, utilizaremos la definición de desarrollo sostenible del Informe Brundtland: “El desarrollo sostenible es un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Dos conceptos son inherentes a esta noción: el concepto de “necesidades”, y más concretamente las necesidades esenciales de los más pobres, a los que hay que dar la máxima prioridad, y la idea de las limitaciones que el estado de nuestra tecnología y organización social impone a la capacidad del medio ambiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras. Como esta definición se basa en el impacto de nuestra generación sobre las generaciones futuras, implica directamente nuestra capacidad para responder a los retos que plantea el cambio climático.

El taller 1 de la edición 2022 del foro será, por tanto, el lugar para compartir y reflexionar sobre las herramientas para evaluar la sostenibilidad de los enfoques de diferenciación en un contexto de cambio climático.